martes, 28 de enero de 2014

Tengo todo lo que necesito








 



 Por naturaleza el ser humano no está satisfecho al 100% de su situación actual, siempre queremos más, porque somos seres dinámicos, cambiantes y por eso estamos soñando y generando ideas de lo que queremos lograr. Tenemos un anhelo de crecer y avanzar, lo cual es muy positivo cuando disfrutamos y agradecemos a Dios por lo que tenemos en el presente.  Lamentablemente estamos inmersos en un mundo del “si tan solo tuviera” que todo pareciera insuficiente.
De niña quería ser adulta; en la escuela quería ser como las alumnas de último grado; en mi adolescencia me quejaba por ser muy delgada, de universitaria  ya quería egresar para trabajar en mi profesión; de profesionista quería un mejor trabajo, ya que lo tuve, en la oficina no veía la hora de estar en casa; en la casa estaba pensando en los pendientes del trabajo; cuando compré mi primer auto estaba pensando en el que sigue; de novia quería casarme; tuve mi casa pero quería una más grande; de casada quería ser madre; embarazada ya quería tener a mi bebé, y así una serie de vivencias hasta que llegué a una edad adulta y qué crees, quería ser joven y delgada de nuevo.
Si te familiarizas con lo que acabas de leer, es importante que consideres que el contentamiento viene de adentro, no por satisfacer las necesidades externas; así que considera los siguientes puntos para enfocarte en lo que tienes y no en lo que te hace falta.

No hay comentarios :

Publicar un comentario